luni, 20 august 2012

GRĂDINĂ/JARDÍN/JARDÍ (trad. al catalán por Pere Bessó)

GRĂDINĂ
(patru ani fără fratele Ion...)

Au dispărut şi urmele tale sub lama plugurilor grele, 
urme lăsate în grădina plină de graţie gravitaţională. 

Acum ar trebui să te întrebi de ce nu înfloresc bujorii
și de ce mirosul lor mai persistă pe undeva.

Urme uitate şi mirosuri de flori rătăcite 
- e tot ce a mai rămas din tăcerile tale repetate. 

Copiii tăi caută căldura ascunsă sub copacii de ceaţă, 
copaci crescuţi direct din degetele tale lungi. 

Nu se face excepţie nici pentru ei (deşi ar trebui să se facă!),
cei pripășiți în grădina graţiei gravitaţionale.

JARDÍN
(cuatro años sin el hermano Ion...)

Han desaparecido y tus rastros debajo de los arados pesados,
rastros dejados en el jardín lleno de gracia gravitacional.

Ahora tienes que preguntarte por qué no germinan las peonias
y por qué sus aromas todavía persisten por aquí.

Rastros olvidados y aromas de flores perdidas
- es todo lo que ha quedado de tus silencios múltiples.

Tus niños buscan el calor ocultado bajo los árboles de niebla,
árboles que han crecido directamente desde tus largos dedos.

No se hacen excepciones ni para ellos (¡aunque tenían que hacerse(!)),
los que se han quedado en el jardín de la gracia gravitacional.

JARDÍ
 (quatre anys sense el germà Ion...)
 
Han desaparegut les teues empremtes davall de la fulla dels forcats pesats,
empremtes deixades al jardí ple de gràcia gravitatòria.

Ara hauria de preguntar-te per què no floreixen les peonies,
i per què el seu perfum persisteix pertot.

Empremtes oblidades i flaires de flors esparses  
-és tot el que resta dels teus silencis repetits.

Els teus xiquets busquen la calor oculta davall dels arbres de boira,
arbres crescuts directament dels teus llargs dits.

No es fa excepció ni tan sols per a ells (encara que hauria de fer-se!),
els arrecerats al jardí de la gràcia gravitatòria.

*Querido Andrei: La memoria de un ser entrañable ya ido, el hermano Ion, sacerdote y poeta de lo religioso y visión transcendente de la Naturaleza, se hace patente en esta suerte de recordatorio y homenaje. Inserto en la alegoría de luenga tradición lírica –el jardín- el poema de Andrei Langa insiste en las huellas desaparecidas y los perfumes de las flores del vergier, y yo remarco que el tema recuerda absolutamente la poesía provenzal y la marianología lírica, toda vez que nuestro poeta le da al texto la última mano con la ley de la atracción –el carácter cientifista- de Newton a Einstein: la 'gracia' gravitatoria…

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