luni, 26 septembrie 2011

Operă deschisă/Obra abierta/Obra oberta (trad. al catalán por Pere Bessó)


Operă deschisă

Cobori periodic în depozitul de la demisol,
să vezi ce a mai adus distribuitorul de dulciuri.

Mănânci pe săturate ciocolate „Meteorit”,
doar din cele cu gust de copilărie.

Revii și continui să scrii opera ta deschisă
până îți arzi toate caloriile.

Obra abierta

Bajas de vez en cuando al depósito subterráneo,
para ver què más ha traído el repartidor de dulces.

Comes con mucho gusto los chocolates “Meteorit”,
pero solo de los que tienen sabor de la niñez.

Vuelves y sigues esribiendo tu obra abierta
hasta que quemas todas las calorías.

Obra oberta

Baixes de temps en temps al dipòsit del semisubterrani,
per a veure què ha dut de bell nou el repartidor de dolços.

Menges fins a fartar-te xococolates “Meteorit”,
però d’aquelles amb gust de la infantesa.

Tornes i continues escrivint la teua obra oberta
fins que cremes totes les calories.


P.S.
¿Y quién no tiene ya para siempre asociado a la memoria aquellos chocolates –y caramelos- de la infancia? Yo recuerdo “Valor” o “Lingotín”, entre otros. Del primero que mi madre lo introducía en el pan como embutiéndolo y su sabor terroso, granuliento era una sensación encontrada extraña para poder definirla aquel niño que fui. Por el contrario, el chocolate Lingotín era una barra de chocolate, casi del tamaño de actuales chocolatinas tentempiés que se deshacía en el paladar y, además, en su funda iban los cromos de la liga. Tiempos felices de paraíso perdido, de vuelta, a través de la selección de recuerdos, a la memoria única, irrepetible, indelegable, y que, sin embargo, son alegatos purísimos del tiempo que a cada cual le tocó vivir de niños. Y te añado, querido amigo: tiempo de galletas, por ejemplo Fontaneda o Elgorriaga, que de rondón se suman a la paroxia del tazón de chocolate con leche dominguero y de fiestas de guardar...

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